65 años
- Por Editor R
Por Osbaldo Salvador Ang.- El hombre fue a la consulta médica con toda la esperanza de que el galeno paliara con algún medicamento sus males.
Se sentó frente al profesionista. A su vez, éste se colocó los anteojos, abrió la pantalla de su computadora, preguntó por algunos datos y le miró fijamente.
-¿Qué le sucede? –preguntó al paciente.
El hombre cruzó la pierna, tosió para aclarar su garganta y agarrar valor y dijo:
-La verdad, doctor, me duele todo el cuerpo. ¿qué tengo? Dígame por favor.
El galeno le miró fijamente, se acomodó los lentes y exclamó:
-¡Tiene 65 años, cabrón!
El paciente se sintió tan mal que sacó la cartera del bolsillo del pantalón, dejó dos billetes de 500 pesos sobre el escritorio y sin decir una palabra, silenciosamente, se retiró del consultorio.
-¡El que sigue! –le gritó el médico a su asistente.
Y lo digo desde aquí, porque éste es mi pódium.
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