SE ADELANTÓ EL "EFECTO TRUMP"
- Por lujardo
Por Ricardo Luján
A dos meses del próximo arribo de Donald Trump a la Casa Blanca y a quince días de su llamada telefónica a Claudia Scheinbaum, la política de “abrazos y no balazos” con la que AMLO consintió desde siempre al crimen organizado cambió diametramente: ambos volvieron a doblarse ante las amenazas del gringo de severas represalias económicas si México continuaba prohijando a los cárteles de las drogas, a quienes considera responsables de las miles de muertes registradas en Estados Unidos por sobredosis de fentanilo.
Ante tales presiones y aunque fuera sólo para taparle un ojo al macho, el gobierno federal por fin decidió combatir al crimen organizado enquistado en el poder dando una leve sacudida al enorme tapete de la corrupción en su variedad de narcopolítica.
En insólita acción, impensable durante el sexenio obradorista, Claudia ordenó antier el operativo “Enjambre” en algunos municipios del Estado de México -obviamente con la obligada anuencia del marionetero estrella-, en el que fueron arrestados 14 funcionarios, entre ellos una alcaldesa y varios mandos policiacos, aunque sin meterse con los personeros de cárteles, y mucho menos contra capos. Pareciera que los primeros sacrificados serán los narcoservidores públicos.
El operativo destapó lo que todo mundo sabe, incluyendo la DEA: las complicidades entre la clase política mexicana y el crimen organizado, que con la 4T alcanzó tales extremos de cinismo que llamó la atención hasta de Netflix que se da vuelo con narcoseries.
Para nadie es un secreto que los mandos policiacos se enfrentan al dilema existencial de colaborar con el narco o atenerse a las consecuencias. Plata o plomo. Muchos acceden con gusto -a quién le dan pan que llore-, y algunas veces lo harán para sobrevivir. “Copelas o cuello” dijo el chino.
El jefe policiaco de Texcatitlán se suicidó en su oficina cuando le notificaban las razones de su arresto. Aparentemente sacó su pistola y se disparó en el cuello frente a los agentes de la Fiscalía que le leían sus derechos. Vaya usted a saber.
También es claro que el crimen organizado impregnó hasta el tuétano al poder, por parejo, pues los detenidos pertenecen a alcaldías tanto de Morena -que con Delfina Gómez “gobierna” toooodo el estado- como también del PRI, PAN y PRD.
Otro indicio que permite a los malpensados suponer que el “efecto Trump” pegó por adelantado a las altas esferas del poder, fue la rápida reacción del sistema ante una publicación periodística que daba cuenta del tesorero de un municipio michoacano quien había purgado una condena en Estados Unidos y se encontraba en libertad condicional, luego de ser arrestado mientras transportaba mujeres y niños con fines de tráfico sexual, y a quien se atribuyen nexos con un cártel de la región michoacana.
Luego de la nota destacada en Reforma, periódico criticado sistemáticamente por el gobierno desde el sexenio de López, ahora resulta que de inmediato atendieron la denuncia y hasta el gobernador morenista, Alfredo Ramírez Bedolla, salió a declarar que el tesorero de marras debería presentar su renuncia para responder a los señalamientos.
La advertencia de Trump al gobierno mexicano es despiadadamente clara: ni patrocinio de migrantes ni complicidad con los narcos.
Respecto de la amenaza de bombardeo contra los cárteles mexicanos una vez que sean considerados grupos terroristas y combatidos con toda la fuerza del Estado gabacho no habría de tomarse tan a la ligera, pues motivos le sobran al Tío Trump, algunos más fundados que otros.
Y si algún mexicano ocurrente pensara que si Trump impidiera el paso de drogas a EU, sus paisanos adictos la pasarían muy mal, puede que tenga razón pero no del todo, porque el güero anaranjado tiene muchas maneras de agarrar de los dídimos al gobierno morenista.
Por ejemplo alguna represalia por la masacre de miembros de la familia LeBarón, en noviembre de 2019. Las tres mujeres y los seis niños acribillados y quemados en una camioneta Suburban eran todos ciudadanos estadounidenses cuyas muertes no han recibido justicia por parte de las autoridades mexicanas pese a la insistencia de activistas de la comunidad de LeBarón.
Quién sabe pero en caso de que al loco de Donaldo Trampas se le ocurriera meterse en serio al espinoso asunto y conocer el teje y maneje del narcopoder en Mécsicou, van sobrar drones con misiles sobre toda la geografía nacional.
Y para acabarla de fregar, éramos muchos y parió la abuela: a las amenazas contra el narco, que Chihuahua tiene hasta para tirar para arriba, debemos sumarle los amagos del presidente ruso a Estados Unidos por armar a Ucrania con misiles.
Resulta que la cercanía de Chihuahua con la tierra del dólar nos hace blanco facil para algún misil lanzado contra ellos.
Ojalá Claudia hablara con Vladimir y le sugiriera empezar los ataques por Washington, Nueva York, Michigan o Wisconsin, y no por Texas o Nuevo México, para que no nos toquen los daños colaterales de los bombardeos…
De lo contrario, en cuanto empiecen los cocolazos atómicos, ¡Yo me voy pa’ Aldama..!
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