Transporte, lengua y mentiras

Hay tres grandes problemas del ser humano, desde mi punto de vista, que deberán ser resueltos para seguir la ruta del progreso.

Se han convertido en verdaderos obstáculos que impiden el desarrollo de la ciencia social y y el desarrollo personal de todo el mundo.

El primero de estos se refiere al lenguaje. La lengua articulada constituye un verdadero problema de la comunicación.

Es tardada, complicada de eslabonarse –demasiadas palabras para referir pocas ideas- y todavía con interpretaciones que desvirtúan el mensaje.

Se gasta demasiado tiempo en utilizar el lenguaje y, al final, nada garantiza que el receptor entienda. Vivimos literalmente en la Torre de babel.

Las ideas, después de transitar por cientos o miles de palabras, no alcanzan a constituirse en la mente de las personas.

Debería crearse una especie de lenguaje criptográfico en el que de golpe se transmita el mensaje.

Algo similar a la vista, con cuyo sentido podemos captar en un instante toda una escena con todos sus elementos.

El segundo problema es la transportación.

Este tema mantiene paralizadas las sociedades, desarticuladas y reumáticas, al depender de vías de comunicación tan saturadas que retrasan mucho la salida y llegada de las personas y de las cosas.

Se habla de la teletransportación como probable y posible solución a este impedimento que ha convertido los centros de población en trampas laberínticas.

El tercer asunto son las mentiras.

Las personas mienten y, tal vez sin saberlo, detienen la solución de los problemas y el avance de las sociedades.

La mentira se ha convertido en un absurdo mecanismo de defensa, egoísta y particular, que atrasa el desarrollo de las comunidades y de las relaciones humanas.

Desde mi punto de vista, son éstos los tres grandes problemas que debe resolver la humanidad pero ya, para lograr avances y progreso mundial.

Y lo digo desde aquí, porque éste es mi pódium.