
- La población de cocodrilos en Tampico, Madero y Altamira se expande cada año sin un plan integral de control, llegando a calles, patios y zonas turísticas, mientras proyectos oficiales quedan inconclusos.
En las orillas fangosas de la laguna del Carpintero y otras zonas lacustres de la Zona Metropolitana de Tampico, Madero y Altamira, en el sur de Tamaulipas, las hembras de cocodrilo desovan cada año sin que exista en este momento un plan efectivo para controlar la natalidad.
En sus nidos decenas de huevos esperan el calor suficiente para romperse. Cuando lo hacen, las crías, apenas con fuerza para aletear, buscan el agua y de ahí los ejemplares recién nacidos se suman a una creciente población que ya ocupa calles, patios y riberas, mientras los intentos oficiales por contenerlos se han quedado entre recortes y proyectos inconclusos.
La última vez que se habló en serio de control de la población de cocodrilos en esta parte del país fue en 2016, cuando se inauguró la Unidad de Manejo Ambiental de Altamira (UMA). La idea era capturar a los ejemplares que salían de su hábitat y mantenerlos en cautiverio para frenar la sobrepoblación.
Era finales de ese año y el entonces delegado federal en Tamaulipas de la Secretaría de Medio Abiente y Recursos Naturales (Semarnat), Jesús González Macías, anunciaba que la UMA estaba lista.
Solo faltaba un pequeño “detalle”: 90 mil pesos mensuales para operarla. El dinero no llegó de Tampico, Madero ni Altamira, y la instalación quedó abandonada en Tres Marías, cerca del Penal de Altamira, en el norte de la zona conurbada.
Fue el primer esfuerzo de la autoridad federal y municipal por darle solución a una sobrepoblación de cocodrilos evidente, lo cual se notaba en los cuerpos de agua, sobre todo en lagunas como Chairel, Champayán, Las Flores y, por supuesto El Carpintero, en donde los saurios son un atractivo turístico y los ejemplares de gran tamaño se expanden como liga que casi revienta.
Una década de expansión
Desde entonces, las autoridades locales han hecho esfuerzos parciales: censos, reubicaciones, campañas de concientización… pero casi siempre enfocadas en la laguna de El Carpintero, mientras los saurios colonizaban otros cuerpos de agua: la Chairel, con sus parques Fray Andrés de Olmos y El Chairel; el Canal de la Cortadura (donde el martes se hicieron virales las imágenes de don Hermenegildo Uribe Ruiz, quien a sus 87 años nadaba despreocupado mientras un cocodrilo lo acechaba) y el río Pánuco.
José Antonio Marín Flores, director de Protección Civil de Tampico, reconoce que “se tiene que fortalecer la concientización de la ciudadanía, pero también colocar más señalamientos y trabajar en la reubicación de los cocodrilos”. Sin embargo, las acciones aún están en el papel.
Destaca que en la laguna del Carpintero hay tramos sin cerca que permiten a turistas de la Ciudad de México, Nuevo León y locales acercarse para tomarse selfies con los saurios al sol. Está documentado.
Los saurios se han apoderado de ríos y lagunas, pero son animales que siguen el curso de la vida, así que otro de los pendientes de las autoridades de Protección Civil es la reubicación, la cual aún está en veremos ante no existir un proyecto formal.
Historias de riesgo
El crecimiento sin control de cocodrilos en el sur de Tamaulipas ha dejado escenas que parecen sacadas de un documental extremo.
Este miércoles MILENIO dio a conocer la historia de don Hermenegildo, originario de Ciudad Valles, San Luis Potosí, quien se metió a nadar en el Canal de la Cortadura —paseo turístico de Tampico que desemboca en el río Pánuco— sin imaginar que un cocodrilo se dirigía hacia él. Un joven youtuber lo rescató, pero las alertas se encendieron.
Cocodrilos en la cama del perro
Los incidentes van desde lo insólito hasta lo preocupante. En Ciudad Madero, un cocodrilo llegó hasta una vivienda, ocupó la cama de un perro, en la colonia Ampliación de la Unidad Nacional.
En el Pánuco, este fin de semana otro apareció en la margen izquierda, cerca de un club recreativo, y fue capturado casi en la escollera de Miramar.
Pedro Granados, ex director de Protección Civil en Tampico y en el estado, propone una solución polémica, pero probablemente efectiva en varios sentidos: “El aprovechamiento de su piel y su carne es una opción”.
No obstante, la NOM-059-SEMARNAT-2010 representa un freno, pues establece medidas estrictas para la conservación de especies como el cocodrilo moreleti o de pantano, que es el que justamente tiene como hábitat los cuerpos de agua locales.
Modificar esa ley implicaría un debate nacional. Lo cierto es que la sobrepoblación es real y los ataques ya documentados en el sur de Tamaulipas y otras zonas del país demuestran que el riesgo no es hipotético.
Colonias en riesgo
De acuerdo con datos de Protección Civil de Tampico, existen en la ciudad 30 colonias con algún tipo de riesgo por la presencia de saurios, ya que se encuentran en la cercanía de lagunas y ríos.
Por ejemplo, habitantes de colonias aledañas a la laguna del Chairel exigen a la autoridad porteña un operativo especial ante la presencia de cocodrilos de gran tamaño, especialmente durante el actual periodo del desbordamiento de ríos y lagunas.
Se han observado especímenes de cocodrilo que superan los 3 metros de longitud en zonas cercanas a los parques de la laguna, lo cual ha preocupado a los habitantes de dicho sector, ya que los niveles de la laguna están a punto del desborde.
Fernando Sánchez, líder vecinal de la colonia Fray Andrés de Olmos, evidenció que tienen una problemática que les preocupa y que ya hicieron de conocimiento a las autoridades del municipio porteño.
En los parques que están pegados a la laguna del Chairel, existen letreros de prevención para que los ciudadanos no se introduzcan al agua, pero aun así lo hacen porque encuentran un vacío de autoridad, es decir, nadie les dice que se salgan porque existe riesgo.
Hace un mes aproximadamente Tampico fue tema nacional porque se desbordaron lagunas y ríos, en el entorno de la colonia Vicente Guerrero, Sector Moscú; en ese momento se capturó un saurio que estaba en zonas de inundación, de acuerdo con los reportes de la ciudadanía.
Se hizo una movilización en torno del saurio observado entre las viviendas, pero también los pescadores de dicha zona, que consiguen su alimento en el Chairel y en el río Tamesí, destacaron que los cocodrilos ya eran un riesgo para llevar a cabo su labor.
Una cifra que asusta
Rafael Chirinos, titular de Protección Regional Zona Sur, reporta que durante las lluvias más intensas de este año, entre 179 y 180 cocodrilos salieron de su hábitat. La mayoría apareció en Altamira y Ciudad Madero; después, en Tampico.
Cuando un ejemplar deja la laguna del Carpintero o la Chairel, los bomberos de Tampico son quienes responden. Tienen el conocimiento, pero necesitan mejores unidades y más personal.
Una nueva fauna urbana
Tampico se ha convertido en la casa de los cocodrilos, desplazando a viejas “mascotas” de identidad local y tradicional arraigo como la jaiba y la nutria.
La urgencia es clara: el día que llueva fuerte y las calles se inunden, debe existir un plan para que los saurios no lleguen a las viviendas, como ya ha pasado en la Unidad Nacional y su Ampliación, en Madero.
El fin de semana, otro ejemplar fue capturado en el Pánuco, cerca de la escollera de Miramar. Ya van dos en menos de un mes en la misma zona.
La presencia de cocodrilos en el Pánuco preocupa a autoridades de Tamaulipas y Veracruz: se acercan a los pasos de lancha que cruzan de un estado a otro. Y mientras no haya estrategia, seguirán nadando libres entre dos orillas, multiplicándose cada temporada y reclamando el territorio que por naturaleza les corresponde.
(Información de Milenio)