Opinión

Santa: la primera película mexicana con sonido de la historia

  • Por Víctor Estala
Santa: la primera película mexicana con sonido de la historia

 

Por Víctor Estala.

En muchas ocasiones se piensa que los grandes hitos del cine de nuestro país sucedieron exclusivamente en la época del «Cine de Oro». Aunque es cierto que aquellos años fueron fundamentales para la consolidación de la industria fílmica nacional, no es del todo preciso que solamente de ellos provienen las películas importantes de México. Como mejor ejemplo de esto se encuentra Santa, un largometraje de 1932 que fue la primera producción mexicana con sonido de toda la historia.

Para situarnos en la importancia que tuvo la película Santa, es necesario conocer la época en la que apareció. El filme The Jazz Singer, estrenado en el año de1927, fue el primero en tener sonido en toda la historia. El hecho fue una revolución técnica y artística que transformó la industria. Fue impactante pasar de la gestualidad histriónica de las imágenes a la escucha de diálogos en los largometrajes: marcó toda una época.

La transición técnica entre uno y otro formato inició con la eliminación de intertítulos, los textos que narraban las escenas y marcaban los diálogos de las películas mudas. Otros cambios que se vivieron fue el tránsito de la actuación mímica a las expresiones sutiles, la adaptación de las técnicas de montaje y una reinvención de la narración cinematográfica. A parte de todo esto, la llegada del sonido fue también un momento arduo para actores y directores, acostumbrados a la ausencia total del sonido. Durante varios años coexistieron el cine mudo y el sonoro, pero hacia 1930, finalmente las películas con sonido se impusieron sobre las mudas.

Es en medio de la consolidación del cine sonoro a nivel mundial que la película Santa se estrenó. Es importante señalar que el filme esta basado en la novela homónima del escritor Federico Gamboa (1864-1939), la cual fue publicada en el año de 1903, en la etapa final del Porfiriato. Ubicada generalmente el género del naturalismo, el texto narra la desventurada vida de Santa, una chica originaria del pueblo de Chimalistac que es obligada a trabajar en un burdel. La protagonista no solo muestra el lado oscuro de su época, sino también la transición de la vida del campo a la vida en las grandes urbes de México.

Cabe destacar que Santa ya había sido adaptada al cine. La primera versión, la cual fue muda, data del año de 1918. Aquella ocasión fue dirigida por Luis G. Peredo. Sin embargo, para inicios de los años treinta resultaba atractivo realizar una nueva adaptación, pero esta vez con sonido. La Compañía Nacional Productora de Películas fue la encargada de su producción. Todo el proyecto fue en si de alto riesgo, ya que nunca antes en el país se había intentado introducir el sonido en las películas.

El empleo del sonido era algo demasiado novedoso en el cine mexicano. Por ello el productor del proyecto, Juan de la Cruz Alarcón, viajó a Hollywood, a fin de contratar a los hermanos Rodríguez Ruelas para sonorizar el filme.

or otro lado, Antonio Moreno fue el director de la película. Respecto al reparto, la actriz Lupita Tovar fue la elegida para interpretar a la desdichada Santa. La musicalización de la producción corrió por cuenta de Agustín Lara, ya toda una estrella radiofónica en ese entonces. Además, el largometraje fue rodado en el pueblo de Chimalistac, en la Ciudad de México, el lugar donde Federico Gamboa ambientó su novela.

Es así que finalmente la versión sonora de Santa se estrenó el miércoles 30 de marzo de 1932. Fue todo un evento de «sociedad», como solía decirse. Aquella función especial sucedió en el Cinema Palacio, ubicado en Avenida 5 de Mayo en el Centro Histórico de la Ciudad de México. El famoso complejo tenía 2 mil 307 butacas, las cuales fueron completamente ocupadas. Por si fuera poco, la premiere contó con números de orquestas de jazz y del barítono Juan José Martínez Casado, así como la presencia del escritor Federico Gamboa.

El éxito fue rotundo. Era la primera vez que en México, una producción local lograba implementar de forma satisfactoria el sonido. Y no solo eso, se le consideró una cinta desafiante de la moral por abordar el tema de la prostitución y romper la idea de castidad y virginidad en la mujer. La película fue bien recibida por la crítica y se convirtió en uno de los primeros fenómenos de taquilla del cine nacional.

El legado de la versión sonora de Santa es más que palpable. No solo fue la primera película de nuestro país en contar con sonido, sino de hecho, lo fue de toda América Latina. Su éxito en taquilla revolucionó el desarrollo de la industria fílmica mexicana, ya que frenó de golpe el avance de las productoras extranjeras en el mercado doméstico. Esto permitió que, entre los años de 1936 y 1956, la cinematográfica nacional alcanzara un desarrollo más que notable, aquél que llamamos en la actualidad «Época de Oro». En otros aspectos, Santa inició la tradición de incluir canciones populares en los largometrajes de México. También inauguró el tropo de la mujer caída en desgracia y que busca su redención, el cual seguirían otros filmes mexicanos posteriores.

Finalmente, gracias a que Chimalistac formó parte del rodaje del filme, el sitio se volvió un hito de la Ciudad de México. La película pasó a ser un elemento más que relevante de la historia e identidad de aquél rumbo de la actual alcaldía Álvaro Obregón. En la actualidad, en el sitio existe una calle llamada “Santa”, en esquina con la vialidad “Federico Gamboa”.

Y así fue como, estrenada en 1932, "Santa" fue la primera película sonora de nuestro país. El filme marcó la historia de la cinematografía de México.