Cambio y fuera

[Cayó]

  • Por Reportero Dos
[Cayó]

Cuando la autoridad quiere, puede, pero cuando no quiere pues no y es por eso que hay miles de casos sin justicia.

Un ejemplo de esto es el caso del feminicidio de la maestra Lizbeth Lucero Leticia Z. U., cometido en la ciudad de Parral, el pasado 20 de Mayo, dentro de su casa, siendo el presunto su expareja sentimental, Gustavo Alonso C. C., quien también es profesor.

El asunto es que el pasado 24 de abril, la maestra Lizbeth Lucero denunció a Gustavo porque la agredió verbalmente y física, incluso, hasta la roció de gasolina para intentar quemarla. En esa ocasión, las autoridades no quisieron trabajar porque no le dieron seguridad, así que casi un mes después ocurrió feminicidio.

Fue entonces cuando la Fiscalía del Estado no tuvo más que ponerse a “camellar” como se debe e inició la cacería del profe Gustavo, quien se peló a Sinaloa, a lo mejor pensó como estaba en una zona un poco más caliente que Chihuahua no lo iban a ubicar.

Fue gracias al rastreo de su teléfono celular como los policías lograron ubicar y detener al profe Gustavo en Sinaloa, cuando iba tranquilamente en un carro.

Se dice que el profe solo le cambió de chip a su teléfono varias veces, pero como lo ponía en su mismo aparato pues la policía rastreó el número de identidad internacional de equipo móvil, conocido como Imei y fue como lograron ubicarlo, detenerlo y traerlo a Parral, para que enfrente la acusación penal que hay en su contra por el feminicidio de la maestra.

¿Cómo la ven? Así debería ser la autoridad en todos los casos, rascarle, echarle ganas, buscar por aquí y por allá para que los crímenes no quedan impunes.