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El feminicidio de Jovita: 350 metros perseguida con un machete y sin que nadie le auxiliara

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El feminicidio de Jovita: 350 metros perseguida con un machete y sin que nadie le auxiliara

- El agresor la perseguía con un machete y las oficinas del gobierno de Comonfort no le dieron refugio. El alcalde asegura que las protestas son políticas y que no fue un feminicidio sino un asesinato

Jovita salió de su casa huyendo de un hombre que la perseguía con un machete, en el municipio de Comonfort, Guanajuato (82.000 habitantes). Ella y uno de sus hermanos llamaron antes al 911 dos veces, y nadie respondió. Luego, ambos salieron para buscar ayuda. La mujer corrió unos 350 metros tocando puertas, desesperada, hasta que llegó a la plaza principal, después de pedir auxilio por el camino en una comandancia, en la que tampoco le abrieron la puerta ni le ofrecieron refugio. En el centro de Comonfort, un pequeño municipio ubicado a 100 kilómetros de la capital del Estado, Jovita se resguardó en una farmacia, en donde finalmente su agresor la asesinó con una pedrada en la cabeza.

Blanca Estela Vázquez Tovar tenía 54 años y vivía en una casa en la calle Ignacio Allende, en la zona centro de Comonfort. Todos la conocían como Jovita. Diagnosticada con una leve discapacidad intelectual desde pequeña, era quien se encargaba de cuidar a su madre, de 76 años, en la casa donde vivían y donde tienen el negocio familiar, una panadería.

La madrugada del 29 de abril, Luis Daniel, empleado de la panadería y que a veces se quedaba a dormir en uno de los cuartos de la casa, trepó por los muros y entró sin permiso. Tomó un machete y amenazó a quienes estaban dentro. Primero, el hombre forcejeó con el hermano de Jovita, y después recorrió la propiedad amenazando a quien se le cruzara en el camino. En ese momento, Jovita y su hermano llamaron dos veces a la policía, pero no tuvieron respuesta. “Si hubieran respondido, mi tía no habría salido de la casa a buscar ayuda”, dijo Mariana Vázquez, sobrina de Jovita, a medios locales, en una protesta convocada el pasado 5 de mayo.

Vázquez, de 28 años, ha recreado, junto con el testimonio de su tío, los más de 350 metros que Jovita recorrió caminando y rogando ayuda. Primero, en la comisaría, luego trató de entrar a la antigua presidencia municipal, finalmente, se refugió en una farmacia, donde la alcanzó Luis Daniel. Según le han relatado algunos testigos, el atacante entró con el machete y amenazó a todos de muerte. Por eso, asegura, nadie tuvo el valor de ayudarla. Finalmente, justo en el área de las cajas, Jovita fue asesinada. De acuerdo con algunos presentes, el agresor la atacó con el machete, pero fue un golpe con una piedra en la cabeza el que terminó con su vida.

Para la familia de Jovita, pese a que el agresor ya ha sido vinculado a proceso por el feminicidio y por herir en su camino al hermano de la víctima y a un policía de tránsito que estaba cerca de la plaza, es indignante la actitud de las autoridades de Comonfort —de poco más de 24.000 habitantes—. Y deja al descubierto, dicen, un problema generalizado en el municipio: la policía y las autoridades locales no responden a los llamados de auxilio de la población.

La familia de Jovita enumera todas las negligencias de las autoridades en esa madrugada del 29 de abril: la policía fue omisa ante las dos llamadas telefónicas que se hicieron pidiendo auxilio; tanto en la comisaría como en las instalaciones de la antigua presidencia municipal, los vigilantes vieron y escucharon a la mujer, pero no le abrieron la puerta. Y, finalmente, cuando el hermano de Jovita encuentra en su camino una patrulla e indica a los policías que el agresor ha seguido a su hermana hasta una farmacia, los agentes, en lugar de dirigirse hacia allí, se encaminan al domicilio de la familia.

“Tuvo todo el tiempo del mundo para asesinarla”, reclama Vázquez, una de las voces que ha denunciado con más fuerza la indiferencia de la policía y del alcalde morenista de Comonfort, Gilberto Zárate Nieves, quien públicamente ha dicho que lo sucedido no fue un feminicidio —pese a que la Fiscalía lo clasificó como tal—, sino un asesinato, y ha señalado la protesta de la familia como un mecanismo motivado por rivales políticos. “No sé si la ciudadanía se sienta agraviada en ese tema, porque lo han magnificado de manera incorrecta, calumniosa, las cosas las magnificaron de una manera en la que no se respeta el dolor de una familia, aun cuando se quieran presentar como defensores. Le dieron un tono político, de señalamiento, sí, carroñero, político, que no debe de ser”, dijo Zárate Nieves a una reportera del medio local Más Noticias, el 27 de mayo.

En un comunicado publicado un día después, el Gobierno de Comonfort informó de que habían actuado “inmediatamente”, y precisó: “Es importante destacar que, ante este lamentable suceso, la administración pública actuó de manera responsable e inmediata conforme a los protocolos establecidos”. Además, la familia de Jovita ha denunciado al entorno cercano del presidente Zárate Nieves de burlarse de la situación a través de reacciones y publicaciones sobre el caso en redes sociales, en las que minimizan lo sucedido y aseguran que las cosas no fueron como la familia lo ha relatado.

Mariana Vázquez asegura que a partir del feminicidio de su tía, muchas personas de Comonfort le han contado que padecieron situaciones similares —sobre todo mujeres—, de pedir ayuda a la policía y no recibir respuesta. “Mi tía era una mujer muy alegre. Era la única ayuda que tenía mi abuelita, la que estaba siempre con ella, cuidándola. Era bien trabajadora, se levantaba entre cuatro y cinco de la mañana a abrir la panadería. Todos en Comonfort la conocían. No se metía con nadie, era inocente”.

 

 

(Información de El País)