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Descubren enormes estructuras cilíndricas debajo de las pirámides egipcias

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- Un radar de última generación desvela lo que se oculta bajo Giza, gigantescas estructuras cilíndricas verticales se hunden debajo de las pirámides

Mediante imágenes tomográficas obtenidas del procesamiento de datos satelitales, ha sido detectada bajo la meseta de Giza, una vasta ciudad subterránea, "la mítica Amenti", enfatizó Nicole Ciccolo portavoz del Khafre Project en un comunicado leído a través de Youtube. El Amenti o Duat era el inframundo de la mitología egipcia.

 
 

El equipo liderado por Corrado Malanga, de la Universidad de Pisa, y Filippo Biondi, que participa en investigaciones sobre radar y teledetección en la Universidad de Strathclyde, publicó en 2022 una investigación revisada por pares a través de MDPI. Titulado La tomografía Doppler con radar de apertura sintética revela detalles de la estructura interna de alta resolución no descubierta de la Gran Pirámide de Giza, el trabajo demostró la concatividad de las caras en las tres pirámides: Keops, Kefrén y Micerinos gracias a esta tecnología. Es decir que las pirámides tienen ocho lados y no cuatro como se cree. Esta característica se debe a la necesidad de canalizar, de manera ordenada, el agua que fluía a lo largo de las caras de las estructuras piramidales. También descubrieron cavidades y pasillos cuya existencia no se había documentado gracias al Radar de apertura sintética (SAR),  una técnica que emplea ondas de radar para crear imágenes detalladas de objetos o estructuras, incluso si están ocultos bajo tierra o dentro de paredes gruesas, como en el caso de las pirámides y la Tomografía Doppler, un método que mide cómo las ondas de radar rebotan en diferentes materiales. Esto puede revelar detalles ocultos, como cámaras o pasadizos dentro de una estructura.

 
 

Pues bien, el 16 de marzo de 2025 fueron presentados los resultados en la vecina pirámide de Kefrén. Con las mismas tecnologías se han obtenido imágenes detalladas de las profundidades bajo la pirámide, revelando complejas estructuras subterráneas nunca vistas.

 
 

Junto al SAR, Filippo Biondi ha utilizado un software desarrollado por él que permite transformar las señales de radar en información fonónica, capaz de detectar vibraciones milimétricas. Gracias a esta metodología, se ha podido realizar una reconstrucción tridimensional de la estructura interna de la pirámide y de las áreas profundas del subsuelo del complejo de Giza.

Los resultados son impresionantes: Cerca de la base de la pirámide de Kefrén se identificaron cinco estructuras idénticas conectadas por caminos geométricos. En su interior, cada una presenta cinco niveles horizontales y un techo inclinado. Más abajo, se hallaron ocho estructuras cilíndricas verticales, huecas en su interior y rodeadas de senderos en espiral descendente. Estas estructuras, alineadas en dos filas paralelas de norte a sur, descienden hasta una profundidad de 648 metros, donde convergen en dos grandes estructuras cúbicas de aproximadamente 80 metros de lado.

El descubrimiento ha despertado múltiples teorías y especulaciones. Algunos investigadores alternativos sugieren que estas estructuras podrían estar relacionadas con la transmisión de energía o incluso con sistemas tecnológicos avanzados, evocando ideas propuestas anteriormente por Nikola Tesla o Christopher Dunn. Sin embargo, los responsables del estudio recalcan que no existe evidencia científica que respalde estas conjeturas y que, por ahora, las interpretaciones deben centrarse en el análisis riguroso de los datos obtenidos.

Los críticos han tratado de desacreditar al líder de la investigación, Corrado Malanga, quien en el pasado, y durante más de cuarenta años, estuvo relacionado con la investigación de ovnis y fue responsble del comité técnico científico del Centro Nacional OVNI (CUN) en italia. Aunque su vinculación a asuntos extraterrestres delate cierto sesgo, no podemos eludir que ha publicado más de 50 trabajos en revistas internacionales de química como profesor de Química e investigador universitario en el Departamento de Química y Química Industrial de la Universidad de Pisa.

Hay de decir que, en mayo de 2024 un grupo de investigadores de la Universidad Internacional Higashi Nippon, la Universidad de Tohoku y el Instituto Nacional de Investigación de Astronomía y Geofísica de Egipto descubrieron bajo los terrenos del Cementerio Occidental, entre las pirámides de Keops y Kefrén una estructura en forma de L y, debajo de ella, una anomalía más profunda descrita como “altamente resistiva eléctricamente”, a una profundidad total de menos de 35 pies. Estos hallazgos no tienen nada qué ver con el Proyecto Kefrén que ha propagado en las redes muchos rumores infundados.

El análisis de docenas de imágenes tomográficas SAR obtenidas desde diferentes ángulos permitió la reconstrucción 3D del interior de la pirámide de Kefrén y de las profundidades de la meseta.

El Proyecto Kefrén planea futuras investigaciones para profundizar en el análisis de estas complejas estructuras subterráneas y espera obtener los permisos necesarios para realizar posibles excavaciones. Sin embargo, la historia demuestra que acceder a estas autorizaciones puede ser un desafío considerable.

La egiptología convencional nos dice que las pirámides de Giza fueron tumbas de los faraones construidas alrededor del año 2500 a. C. con rampas, trineos y palancas. Puede que las estructuras ahora descubiertas refrenden la idea de los pasillos internos para subir los materiales pero las estructuras cilíndricas verticales podrían sugerir una suerte de sistema hidráulico aparentemente inalcanzable para la época. 

Por ahora, los enigmas de las pirámides continúan, recordándonos que, aunque estas majestuosas construcciones hayan sido estudiadas durante siglos, todavía guardan secretos bajo su sólida piedra y su aparente silencio milenario.

 

(Información de Espacio Misterio)